A favor de una estadística completa y confiable de las acciones de la DGI.

¿Importan las estadísticas en la DGI? Creemos que a nuestras autoridades le han empezado a importar porque el jueves la DGI colgó en su página web el número de “actos” donde se cobran impuestos realizados en el quinquenio Cucalón (vea noticia).  Al no tener una respuesta a nuestras 8 solicitudes de esta misma información, tenemos que celebrar que la institución finalmente haga públicos estos números.

Ha sido la línea editorial de este periódico conocer qué hace la DGI en términos cuantitativos porque creemos que lo que no se mide no se conoce.  Por esto, a nuestro juicio, a la DGI no la conoce nadie ni siquiera quienes llevan su vida entera trabajando ahí o los que por años hemos seguido de cerca esa entidad.

Apreciamos que Publio Cortés nos haya dado la oportunidad de saber que Cucalón sólo realizó 354 “actos” que cobran impuestos (vea noticia).  Con esto podemos confirmar una vez más que él mentía cuando decía haber hecho 7653 auditorías (vea noticia). ¿Qué otra cosa podemos confirmar?  También podemos confirmar que en este país se hacían más auditorías en los 90s que lo que se hace en los 10s. Todavía se puede decir que en 1994 cuando se hicieron 1037 se auditaba más que en 2014. También podemos afirmar que Cucalón hizo en 5 años lo que otros directores hacían en 1 sólo.

Sin embargo el conocimiento de la DGI no puede acabar aquí. Tenemos que saber cuánto duró Cucalón en cada auditoría, cuántas fueron infructuosas y cuánto se recaudó, en promedio, por auditoría.  Pese a saber hoy, que Cucalón trabajaba menos que sus antecesores, no podemos confirmar que tenemos evidencias de que era menos eficiente.  ¿Qué tal si Cucalón auditó poquito pero sus auditorías eran muy productivas? 

La DGI siempre publicó el número total de sus auditorías y midió a sus equipos de auditores en base a cuántas fueron infructuosas y el promedio recaudado por auditoría.  De esta forma si alguien hacía 100 auditorías pero recaudaba sólo US$ 1,000 no puede decir que es más eficiente que alguien que recauda US$ 1,000,000 con sólo 20 auditorías.

La DGI, siempre tuvo estos números hasta que llegaron inteligentes del “sector privado” e ignoraron la importancia de conocer la institución que gerenciaban.  Estas personas colectivizaron su ignorancia al negarnos la oportunidad de medir qué tan productiva era esa institución.

Con los datos disponibles nos quedan muchas piezas por armar el rompecabezas que nos hará conocer esa institución.

Al desear conocer estos números no nos mueve ningún interés cabalístico sino la firme convicción de que lo que no se mide no se conoce.  Lo que no se conoce no se cambia y lo que no se cambia no se mejora.

Confiamos que nuestras autoridades entiendan la importancia de tener mejor conocimiento de la DGI.  Por lo tanto esperamos que los datos colgados en la web el día jueves sea sólo el primero de muchos pasos que la DGI debe hacer para que los contribuyentes conozcamos bien esa institución.

(Lea editorial anterior).